" Yo fui un estudiante, un niño que nació más artista que con condiciones físicas"
Entrevista a Carlos Veitia, para “En el Punto del Arte”
Por César Manuel Jiminian
¿Que es la danza para Carlos Veitia?
La danza es un modo de expresión a través del cuerpo, la mayor de las veces sin necesidad de ninguna palabra. Es teatro danzado en un sentido o simplemente sentimientos, movimientos que quieres comunicar y, a través de los movimientos, de lenguaje corporal y a través de la misma coreografía que es, una secuencia de pasos con un principio, desarrollo y final, basado en algún concepto o alguna idea o fijos en la mente que parezcan que son espontáneos sin realmente serlos, porque están ensayados. Pero para mí la danza es comunicación, hay muchas formas de comunicación, y la danza es una vez una de ellas.
¿Para muchas personas la danza es un arte, para otros un estilo de vida… viéndolo en ese sentido cuales son los beneficios que la danza aporta a una persona?
Una persona disciplinada en la danza, es una persona que va a ser disciplinada el resto de su vida, en su estilo de vida, no quiere decir que la parte bohemia del artista no influya en el bailarín. Muchos bailarines, ahí es donde está la parte contradictoria, que uno tiene que domesticar el animal humano. Un bailarín, tiene qué tener un equilibrio entre lo espiritual y entre lo atlético, qué es lo físico, pero también en su estilo de vida y muchas veces los artistas, porque tienen que ser artistas, léase una persona sensible a la música, sensible a la sociedad, sensible a las inquietudes sociales como todo artista. Esto quiere decir que si le afectan las cosas que suceden en su sociedad y, cómo le afectan en un sentido positivo o un sentido negativo. Y eso tiene el artista que tratar de manejarlo porque si no nos convertimos en los famosos bohemios pintores del surrealismo francés y del impresionismo, que vivían en una vida muy intensa, igual que los intelectuales de aquella Francia de la “Bella época” y muchos de ellos eran personas que tenían escuelas, que tenían mucho que decir, un talento extraordinario pero terminaban alcoholizados o viviendo una vida de pobreza y, bueno entiendes, pero no todos eran así o sea, según la inteligencia y el manejo de eso, el bailarín tiene una cosa diferente, porque un pintor puede ser muy bohemio, pero, en el bailarín su instrumento es su cuerpo y el cuerpo tiene que ser igual que la mente: domesticado a una disciplina porque especialmente cuando eres un bailarín de las Artes escénicas como: el ballet, la danza contemporánea, el Broadway, la danza de espectáculos, si tú no tienes disciplina tú no vas a durar mucho. Entiendes, tú no puedes convertirte en una persona que tiene vicios en extremos, hay que tener mucho equilibrio en eso porque el artista de la danza trabaja con el cuerpo y con su mente también y tiene que, tenerlas muy claras.
En ese sentido, maestros de la danza se disputan entre las condiciones y la disciplina de un bailarín. ¿Qué cree usted es más importante, las condiciones o a partir de un trabajo puede lograr cosas?
A partir del trabajo se puede lograr mucho porque, el ballet, la misma danza contemporánea, yo creo que es una mezcla de cosas. Si una persona no es artista, no tiene oído musical, no tiene un don de imitación, no tiene un grado de intelectualidad (no tiene que ser un gran intelectual sino tener un grado de inteligencia) para fijar las correcciones, es muy difícil que se desarrolle como bailarín aún tenga cualidades físicas. Yo he visto muchos bailarines con cualidades físicas pero no han tenido mucha inclinación a la disciplina no han sido inteligentes y eso no los ha ayudado a convertirse en bailarines, sin embargo, he visto algunos que han tenido un equilibrio se han hecho muy buenos bailarines y terminan bailando en compañías aquí (República Dominicana) y fuera, eso es un equilibrio, en la danza como en todo, desde luego, si una persona no tiene ningún tipo de condiciones es muy difícil porque es muy cuesta arriba tiene que trabajar con su cuerpo también.
Bueno, así mismo. Yo fui un estudiante, un niño que nació más artista que con condiciones físicas. Yo era flaquito, no como ahora que tengo cincuenta y pico de años y mis libritas, y bueno me mantengo pero no es igual, pero cuando yo era muy joven yo estaba muy en peso. Pero no solamente eso, yo no tenía todas las condiciones físicas, las facilidades de elasticidad, yo tuve que trabajarlas y hacerlas, yo no tenía los mejores pies del mundo pero si era artista, me había criado en un mundo muy artístico con mi madre que era profesora de ballet, que venía de un mundo muy desarrollado de la danza pero aparte de eso, a mí siempre me llamó la atención eso de la música yo fui una esponja cuando chiquito.
Yo no empecé a estudiar danza hasta la adolescencia. Pero en el lado físico, tuve que “emburujarme” con un cuerpo en la adolescencia que aunque gracias a Dios yo era delgado tuve que trabajar muchas cosas para lograr entrar en una compañía. Lo que uno no pierde y siempre sigue en esto, luego de bailarín, profesor y luego coreógrafo que soy, uno no termina de aprender. El conocimiento que tengo hoy en día es como aquel que tiene todo ser humano que sigue haciendo lo mismo y le gusta durante mucho tiempo y, el conocimiento que tengo ahora no lo tenía yo cuando era un bailarín. Yo tenía el talento y el conocimiento de buenas escuelas y por eso pude entrar en una compañía de ballet pero verdaderamente la experiencia y el conocimiento no se compara.
Hablando de línea coreográfica, ¿cómo define su estilo?
Yo soy más que nada, un artista neoclásico, porque mi formación en la danza fue siempre el ballet pero, sin embargo, ya en mis treinta y pico empecé a experimentar, mezclando el ballet con vertientes contemporáneas.
No solamente en el ballet sino, también me involucré en la danza contemporánea y creé varias piezas completamente de danza contemporánea que no tiene que ver exactamente con el ballet, pero, yo trato de ser un artista de mi tiempo. Lo que pasa es que no me gusta negar la estética, a según, la estética va cambiando, a según la obra que vayas a hacer. Ninguna obra es igual a la otra porque ninguna viene a ser de la misma inspiración, de la misma fuente.
Yo pienso que uno tiene que estar muy claro en que estilo lo vas a hacer, porque hay unas reglas que, en base a eso, tú te basas y ya empiezas a crear. El ballet tiene sus reglas, si vas a hacer un neoclásico de hoy en día, pero es ballet. Pero si vas a hacer un contemporáneo completamente pues, puedes romper con el movimiento, utilizar la ley de gravedad. Tú sabes que el ballet va en contra de la ley de gravedad…
La gente se cree que danza contemporánea es completa libertad, “yo voy a empezar a inventar” y, la gente de danza contemporánea dice que eso no es así, hay reglas en la danza contemporánea como las hay en el ballet.
Yo no tengo una línea persé de decir: mi estilo de movimiento es tal, quizás quien me conoce pueda decir: “ese trabajo es de Carlos”, pero sí yo soy contemporáneo, soy diferente a lo contemporáneo.
En esos montajes, ¿A que apuesta Carlos Veitia?
Hay dos cosas: lo que quieres decir, comunicar a través de esa creación.
Y dos, sacarle el mejor partido a los bailarines para que se vean lo más profesionalmente posible, porque aun con profesionales, tú no coreografías para hacerle daño a un bailarín, y no sacar su mejor perfil. Tú tienes que tratar de darle un reto, no tienes que acomodarlos, porque entonces el bailarín no tiene ningún reto, pero si tiene que ser lo suficientemente hábil para decir: "no bueno pero este bailarín no le queda bien esto, cambiase lo. Vamos a hacer tal cosa"... Los retos tienen un límite y lo tienen tanto los bailarines de ballet, como los bailarines contemporáneos. Los coreógrafos no podemos igual que, los profesores, venir a una clase a masacrar a un bailarín porque yo lo que tengo que demostrar es todo lo que no puede hacer para se hinque a mis pies, eso es completamente equivocado, tú tienes que trabajar con un bailarín para sacar y darle poco a poco retos por eso hay niveles en la danza, por eso hay clases, años de estudios, porque si no, tú lo que logras es una lesión que a veces no sucede ni con conciencia, imagínese usted, sin conciencia.
Un artista, director, no está para embromar sino para liarse con el bailarín y sacar lo mejor de él, dentro de la propuesta del creador, obviamente.
Al bailarín dominicano le falta lo que algunos tienen pero la mayoría no: Decisión, decisión de vida. No volverse loco trabajando en cincuenta mil cosas, sabemos que el pluriempleo es una necesidad del dominicano y más del artista, yo estoy de acuerdo, yo sé que muchos de los bailarines que trabajan profesionalmente en nuestro país, trabajan en alguna compañía o enseñar en su escuela o enseñar en otras escuelas por la tarde para poder sobrevivir, yo lo entiendo y, eso sucede en muchos lugares del mundo, nosotros no somos ni el mejor ni el peor país, yo conozco muchos países desarrollados que no tienen compañías de ballet...
Lo que yo entiendo es que ya el dominicano, como algunos han decidido no querer abarcar más de la cuenta porque desde muy joven se queman, se queman mentalmente los músculos.
"Tienes que saber que quieres e ir por eso y si no lo pueden lograr aquí tratar de irse."
La falta de conocimientos de muchos padres, la falta de conocimiento de la población dominicana no solamente en los profesionales y el arte, sino en muchas cosas, es lo que no nos deja avanzar.
Nosotros cuando seamos conscientes de nuestra realidad, podemos manejarla para nuestro bien y, nos pasa no solamente en la danza, nos pasa en todo, fíjate que solamente tomamos carta en el asunto cuando nos estamos ahogando.
Eso es lo que le pasa al dominicano, perdemos mucho el tiempo, con todo, no nos organizamos y así mismo pasa eso.
¿Existe el apoyo estatal para con las escuelas de danzas privada?
Las escuelas privadas, algunas tenemos más tiempo de trayectoria que el sector oficial y, esto es muy bueno que se sepa, porque de las escuelas privadas salieron todos los directores y profesores que hoy en día dirigen las escuelas e instituciones oficiales.
Nosotros fuimos la cantera original, pero ya hay varios años que el sector oficial está trabajando y ha dado frutos, es bueno que sepa, y finalmente ellos están proveyendo también y de buena manera, pero en una entrevista que me hicieron.
Hace un tiempo (y a una persona del sector oficial dijo que eran ellos y todo) a mí se me olvidó decir que: "Claro, si, ellos están haciendo una gran labor. Finalmente" pero si no llega a ser por el sector privado aquí no hay ni un Ballet Nacional, ni una Escuela Nacional de Danza.
El Ballet Concierto, tiene más años que cualquier otra institución que exista en estos momentos. Aquí hay otras escuelas privadas que hacen una labor, que tienen más años que la oficial, y no sólo Ballet Concierto, entonces eso es algo que, aquí escuelas que trabajan serio como nosotros y tenemos muchos años, pero, yo entiendo que el sector oficial está haciendo finalmente su parte y, yo creo que es un compromiso de todos.
El sector público en este país no se cree que tiene un compromiso con las artes, solamente muy pocas instituciones.
Y yo creo que el gobierno tiene un poquito más de compromiso con sus instituciones públicas que lo que las instituciones privadas tienen con nosotros, yo creo que algunas, y muy pocas, son las que nos responden.
La Escuela Ballet Concierto tiene desde 1993 como escuela, desde 1981 como compañía y, si se quiere ver como la continuación de la escuela "Clara Elena Ramírez" desde 1963.
El programa de becas "Clara Elena Ramírez". Es un programa de becas para varones. Niños y adultos, para gente que quiere tomar la danza en serio.
Es un programa que lo estamos haciendo con el único apoyo hasta ahora, de esta escuela, que gracias a Dios es grande.